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Vilariño de Conso, un carnaval con un particular intercambio de embajadas musicales

    Vilariño de Conso no sólo es un municipio con una sorprendente belleza natural y una rica tradición agrícola y ganadera, situado al sur de Galicia y al sureste de la provincia de Ourense. Su particular tradición cultural y gastronómica, junto con la actitud de sus gentes hace que en él se den cita numerosos eventos y fiestas populares con una particular idiosincrasia.

    Entre ellas, el carnaval de Vilariño de Conso, declarado “Fiesta de Interés turístico de Galicia” desde 2017, conocido por su carácter festivo pagano y con una celebración muy propia, es un evento que ha logrado perdurar a lo largo de los años manteniendo su esencia tradicional.

    Se diferencia de otros entroidos gallegos por su duración. Mientras que la mayoría de las celebraciones carnavalescas se concentran en unos pocos días, en este pueblo la fiesta se prolonga durante todo el mes, aunque los días más importantes suelen ser los tres últimos. Durante este tiempo, las procesiones y foliadas recorren las calles en un pasacalles ritualizado y lleno de significado haciendo que el sonido atronador de bombos y guadañas resuene y retumbe en las calles de cada una de las pequeñas aldeas de Vilariño de Conso. Además, se establece un intercambio de embajadas musicales entre las diferentes parroquias, con el fin de fortalecer los lazos entre los pueblos vecinos y afirmar su identidad colectiva.

    Una característica de este “Entroido” es ver como de modo extraordinario y gratificante, las diferentes generaciones conviven durante este mes tan pagano, compartiendo como los mayores dan su legado a los más jóvenes y como estos llenan de vitalidad a los más mayores.

    Pero los días más grandes del carnaval comienzan con el jueves de compadres, conocido como el “Lardeiro”. En los días previos a esta jornada, las chicas del pueblo roban la ropa de los jóvenes y con ella hacen un muñeco, “lardeiro”, que lucirá esas prendas ridiculizándolos. Además, la cuelgan en un lugar inaccesible, desatando así una divertida lucha de sexos. Por su parte, el jueves siguiente, el de “Comadres”, los jóvenes toman venganza y hacen lo mismo con la ropa de las chicas, llamando a esta festividad la “Lardeira”. Estos actos simbólicos, aunque mantienen la esencia de la lucha de sexos, han evolucionado de una manera más humorística en la actualidad. Desde tiempos ancestrales se celebraba esta tradición en cada una de las aldeas, aunque ahora en muchas se ha convertido imposible el mantenerla debido al despoblamiento y a que en muchas de ellas no viven jóvenes que la mantengan viva. 

    El carnaval de Vilariño de Conso, con su antigüedad y carácter festivo pagano, ha logrado mantenerse a lo largo de los años como un reflejo de la identidad colectiva y cultural de este pueblo gallego. Gracias a testimonios fotográficos, orales y antropológicos, la tradición y el legado de este “Entroido” ancestral siguen vivos en la memoria de los vecinos. Así, Vilariño de Conso se convierte en un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan en una celebración única y enriquecedora.

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